Esta exposición es un puente entre el pasado y el presente, entre lo individual y lo colectivo, entre lo político y lo afectivo.
Borroso reúne el archivo fotográfico de Víctor, un testimonio visual que abarca desde imágenes en blanco y negro capturadas en 1987 (en negativo de 35mm) hasta registros contemporáneos. Las fotografías no se encuentran aisladas pues el retrato de Víctor ha sido intervenido por sus hijos, familiares y amigos. Inspirados por el documental El Día que me Callé (Dir. Isabel Dávalos y Víctor Manuel Arregui), han plasmado sobre su efigie las emociones y cuestionamientos que la película despertó en sus memorias.
Cada intervención es un acto de conversación íntima con la imagen original. Los trazos, texturas y colores añadidos son huellas de lo no dicho, un intento de aprehensión del silencio que el documental explora. Juntas, las fotografías y sus reinterpretaciones tejen un mapa afectivo donde lo personal se vuelve universal al abordar la ausencia, la resistencia y esos instantes en que la vida se escapa del encuadre.
Esta exhibición no solo celebra la mirada de Víctor, sino que la transforma en un ejercicio de memoria compartida. Las fotos de los 80, con su estética cruda y nostálgica, se yuxtaponen con las obras recientes, creando un ritmo en el recorrido que invite al espectador a cuestionar las formas en las que se puede intervenir la memoria y los elementos que se podrían añadir o quitar al recordar.